viernes, agosto 24, 2007

El misterio del cráter de Arizona resuelto.



































La roca del espacio que produjo el Cráter Meteor en Arizona golpeó al planeta mucho más despacio de lo que imaginaron los astrónomos, pero aún así 10 veces más rápido que la bala de un rifle.

El nuevo análisis, anunciado el día de hoy, explica porqué hay una menor cantidad de roca fundida en el cráter de lo esperado.

El misterio ha perseguido a los investigadores por años. El enorme agujero en el suelo – de 174 metros de profundidad y 1,250 metros de ancho – fue ocasionado hace 50,000 años por un asteroide de apenas 40 metros de ancho.

Los cálculos previos contemplaban que la roca habría golpeado el suelo a una velocidad no menor de 15 kilómetros por segundo, en parte basados en las velocidades esperadas de los grandes meteoros en relación con la Tierra. Semejante impacto debería haber generado más roca fundida en y alrededor del cráter de lo que se ha encontrado.

Un nuevo modelo de computación, reportado en la edición de Marzo 10 de la revista Nature, muestra que el objeto que llegaba pudo haber disminuido su velocidad considerablemente durante su entrada a la atmósfera, con parte de él partiéndose en una nube de fragmentos de hierro antes del impacto. Alrededor de la mitad de las 300,000 toneladas originales permanecieron intactas, golpeando al planeta a unos 12 kilómetros por segundo, dijo el director del estudio, Jay Melosh de la Universidad de Arizona. Meteor Cráter, un lugar turístico muy popular, fue la primera cicatriz en la Tierra en confirmarse que fue provocada por un visitante rocoso del espacio exterior.

Cráter Meteoro cerca de Winslow, Arizona.

"Probablemente sea el cráter de impacto más estudiado en la Tierra”, dijo Melosh. “Quedamos asombrados al descubrir algo totalmente inesperado respecto de la manera como se formó”. El modelo se basó en parte en investigaciones realizadas hace muchas décadas por Daniel Barringer, cuyo nombre está oficialmente ligado al cráter. Barringer y otros más encontraron trozos de roca de hierro espacial que pesaban desde medio kilo hasta trozos de 450 kilos en un área de un diámetro de casi 10 kilómetros de círculo alrededor del cráter. El nuevo trabajo también parte de un mejor entendimiento de la manera como la Tierra amortigua los golpes extraterrestres.

En 1908, un asteroide de buen tamaño – de naturaleza principalmente rocosa – explotó sobre la superficie de Siberia, arrasando cientos de miles de bosques pero casi sin dejar un rastro extraterrestre. Durante la era de los satélites, los científicos han vigilado rocas del tamaño de automóviles que de rutina explotan en el aire. "La atmósfera de la Tierra es una pantalla efectiva, pero selectiva que impide que los pequeños meteoroides lleguen a golpear la superficie de la Tierra”, explicó Melosh.

El efecto de cruzar a través del aire, aún para un meteorito pesado de hierro como el que golpeó Arizona, es muy parecido a golpear una pared, dijo Melosh. Y muchas rocas del espacio están ya cuarteadas antes de que lleguen, creen los científicos. "A pesar que el hierro es muy fuerte, el meteorito habría sido cuarteado por colisiones en el espacio”, dijo Melosh. “Las piezas debilitadas comenzaron a separarse y cayeron desde una altura de 14 kilómetros. A medida que se separaban, el arrastre de la atmósfera las desaceleró, aumentando las fuerzas que las partieron de modo que se desmoronaron y aún disminuyeron más su velocidad”. Los resultados surgieron de un proyecto en el cual Melosh y sus colegas desarrollaron un “calculador de catástrofes” que predice los efectos de los asteroides de varios tamaños y composición que golpeen sobre cualquier lugar en el planeta. Para saber más (en inglés) acerca de este “calculador de catástrofes” pueden ver el artículo del 12 de Abril del 2004.

Artículo de Robert Roy Britt

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