sábado, marzo 09, 2013

Nuevas evidencias de inundación del subsuelo de Marte.

Nuevos mapas del subsuelo de Marte muestran canales enterrados por debajo de la superficie del planeta rojo, lo que sugiere evidencia de inundación en este planeta, que hasta ahora se consideraba que ha sido sido frío y seco durante los últimos 2,5 millones de años, según publica la revista 'Science'.


Comprender el origen y la magnitud de los jóvenes canales presentes en Elysium Planitia, una extensión de las llanuras a lo largo del ecuador de Marte, y la más joven región volcánica del planeta, es esencial para comprender la reciente actividad hidrológica marciana y determinar si este tipo de inundaciones podría haber inducido el cambio climático.

La investigación, publicada en 'Science', se llevó a cabo por un equipo de la 'NASA Goddard Space Flight Center', el Laboratorio de Propulsión a Chorro, la Dirección de Ciencias Planetarias en el Instituto de Investigación del Suroeste y la Institución Smithsonian, dirigido por el científico Gareth A. Morgan, de Smithsonian.

Como consecuencia de la actividad volcánica extensa a lo largo de los últimos cientos de millones de años, lava joven cubre la mayor parte de la superficie de Elysium Planitia, enterrando la evidencia de su historia geológica reciente, incluyendo el origen y la mayor parte de la longitud de los 1.000 kilómetros de largo del canal Marte Vallis.

Marte Vallis tiene una morfología similar a los sistemas de los canales más antiguos en Marte que probablemente se formaron por la liberación catastrófica de las aguas subterráneas, sin embargo, poco se sabe acerca de Marte Vallis debido a su entierro por la lava. El equipo utilizó datos del Radar Superficial a bordo de la nave espacial de la NASA Orbitador de Reconocimiento de Marte para explorar el subsuelo de Elysium Planitia.

Los investigadores lograron cartografiar los canales enterrados y establecer que las inundaciones se originaron a partir de una parte enterrada del sistema de fracturas Cerberus Fossae. "Nuestros hallazgos muestran que la magnitud de la erosión fue subestimada anteriormente y que la profundidad del canal era al menos el doble de las aproximaciones anteriores", afirmó Morgan, geólogo de la 'National Air and Space Center' del Museo de la Tierra y Ciencias Planetarias y autor principal del artículo.

"La fuente de las aguas de la inundación sugiere que se originaron a partir de un depósito de aguas subterráneas profundas y pueden haber sido liberadas por la actividad local tectónica o volcánica. Este trabajo demuestra la importancia del radar de resonancia orbital en la comprensión de cómo el agua ha dado forma a la superficie de Marte", concluye este experto.

Las nuevas profesiones del futuro.

Un informe realizado por la consultora británica Fast Future, especializada en detectar tendencias, ha consultado a centenares de expertos de todo el mundo para identificar las profesiones más prometedoras que los científicos y tecnólogos ejercerán en 2030. Estas son algunas de ellas:



1/ Policía de la modificación del clima. Bombardear las nubes con yoduro de plata para producir lluvia es una práctica que ya se ha realizado de manera puntual en varios países, y que en el futuro podría convertirse en habitual. Pero aunque no cabe duda de su eficacia para combatir la sequía, la lluvia artificial plantea un serio dilema: es difícil controlar sus consecuencias sobre la atmósfera, así como sus efectos negativos sobre el clima de otras regiones. De ahí que parezca previsible la creación de un cuerpo de policía que, asesorado por climatólogos, conceda las licencias necesarias para realizar este tipo de actividades, inspeccione su desarrollo para asegurarse de que se llevan a cabo dentro de los límites legales, y persiga a los "terroristas climáticos" y a los contrabandistas de yoduro de plata, entre otros posibles nuevos delincuentes.



2/ Cirujano para el aumento de la memoria humana. El cerebro humano posee en torno a 100.000 millones de neuronas, cada una de las cuales establece al menos un millar de conexiones con las células vecinas. Esto implica que nuestra capacidad de almacenar datos se sitúa en torno a 2,5 petabytes. Si en el futuro la esperanza de vida aumenta y la cantidad de información que acumulamos sobrepasa estos límites, unos nuevos neurocirujanos saldrán en nuestro auxilio para implantar chips de memoria "extra" en el cerebro. Para ocupar este puesto, además de formarse en anatomía y neurociencia, necesitarán nociones sobre seguridad informática, y utilizarán cortafuegos y antivirus para proteger las "ampliaciones de memoria" de sus pacientes. Con el fin de controlar su actividad, es previsible que se cree un organismo, la Comisión del Aumento Neurológico, que deberá dar su visto bueno antes de que una intervención se lleve a cabo.



3/ Desarrollador de vehículos alternativos. "En poco más de 20 años los automóviles funcionarán con combustibles alternativos, se conducirán de manera automática por medio de sistemas de navegación y estarán diseñados para transportar a robots que serán los encargados de cuidar a una población que alcanzará los 130 años de edad". Es el pronóstico que se desprende del informe "El Mundo en el Año 2030", realizado por el futurólogo y escritor Ray Hammond. Y parece que no va nada desencaminado. En países como Suecia, por ejemplo, ya han anunciado que se prohibirán los coches de gasolina en el 2030. Para producir los automóviles que circularán por nuestras carreteras dentro de dos décadas se necesitarán ingenieros y diseñadores industriales que conozcan las peculiaridades de nuevos combustibles como el biodiesel, el etanol, el hidrógeno... Y por supuesto, la tecnología de los vehículos eléctricos. En las carrocerías trabajarán con plásticos reforzados de fibra de carbono, que permitirán disponer de automóviles mucho más ligeros. Algunos vehículos podrán autopilotarse, y otros no viajarán sólo a ras de suelo sino también por el aire. ¿Un futuro sin contaminación y sin atascos? Todo es posible.



4/ Manipulador de datos "basura". Es posible que el saber no ocupe lugar, pero la información sí. Y en muchos casos los equipos informáticos que manejamos en casa y en la oficina, incluso los gadgets que llevamos a cuestas, acumulan datos que, en realidad, nos sirven de poco. Encontrar y eliminar los bits de información que nos sobran será la misión de estos futuros profesionales. Su trabajo consistirá en desarrollar aplicaciones para una limpieza programada y periódica de los datos "basura" (cookies, registros de transacciones electrónicas, archivos duplicados...), así como ofrecer un asesoramiento personalizado sobre qué información es prescindible y las implicaciones de almacenarla.















Aprender un nuevo idioma más rapidamente con música.

Hace unos años, el investigador francés Daniel Schön demostró que a los estudiantes de un idioma les resulta más fácil aprender nuevas palabras extranjeras cuando alguien las canta que cuando se incluyen dentro de un discurso normal. Y no solo se debe a la motivación que se le atribuye a la música. Los investigadores aseguran que escuchar canciones involucra a la misma zona del cerebro que usamos para aprender idiomas. Además, cuando oímos una tonada nos resulta más fácil recordar la letra que la acompaña que si intentamos memorizar esas mismas palabras sin ritmo ni cadencia, tal y como exponían en la revista Cognition.


Para demostrarlo, Schön y sus colegas llevaron a cabo un experimento en el que emplearon una lista de seis palabras "sin sentido" construidas a partir de 11 sílabas: Gimysy, Mimosi, Pogysi, Pymiso, Sipygy y Sysipi. Y usaron un sintetizador para pronunciarlas varias veces, creando un archivo sonoro de 7 minutos con estos seis vocablos. Cuando se les pidió a 26 sujetos francoparlantes que escucharan la grabación y, a continuación, identificaran las palabras en una lista, los científicos comprobaron que el nivel de acierto era similar al que habría tenido tratando de adivinarlas. Es decir, no habían aprendido nada. Sin embargo, en una segunda prueba en que las mismas palabras eran canturreadas con cierta entonación, otro grupo de 26 participantes en idénticas condiciones logró aprenderlas con un acierto en test posteriores del 64%.

Lo nuevo de Apple, un reloj

Cien diseñadores de producto de la compañía Apple trabajan actualmente en el diseño de un nuevo reloj, iWatch, que según se ha podido saber cuenta con una versión de iOS adaptada que permitirá utilizar el dispositivo con autonomía, aunque también estará preparado para su sincronización con el iPhone. El nuevo reloj de Apple tendría sensores de diverso tipo para monitorizar el estado de los usuarios o su actividad, incorporando un podómetro para contar los pasos de los usuarios mientras caminan o corren, así como sensores para monitorizar datos relacionados con la salud, como el latido cardíaco. Y permitiría llevar a cabo algunas tareas que actualmente desempeñan el iPhone y el iPad, como hacer llamadas telefónicas y chequear las coordenadas de posición en un mapa, según se ha hecho eco el portal Bloomberg.


Los analistas afirman que es posible que incluya una pantalla flexible alimentada con energía cinética, generada a partir del movimiento del usuario. No obstante, Apple ha presentado 79 patentes que podrían estar relacionadas con el reloj centradas, precisamente, en la autonomía de su dispositivo y su pantalla, que son los dos principales caballos de batalla para los desarrolladores.

Si se confirman las previsiones de los analistas, Apple presentará el dispositivo este mismo año.

Las abejas también toman cafe para activar su cerebro

La revista Science ha publicado una investigación que demuestra que las abejas de la miel alimentadas con una solución de azúcar con cafeína -compuesto que de hecho obtienen de forma natural del néctar del café y de algunos cítricos- son tres veces más capaces de recordar la esencia de una flor que aquellas que sólo se alimentan con azúcar.



La directora del estudio, la doctora Geraldine Wright, profesora de Neuroetología en la Universidad de Newcastle, Reino Unido, explicó que el consumo de cafeína por las abejas aporta beneficios tanto al insecto como a la planta: «Para las abejas, que vuelan a un ritmo muy rápido de flor en flor, es muy difícil recordar los rasgos de las flores, y la cafeína les ayuda a hacerlo. Y por otra parte, las abejas que se han alimentado de néctar con cafeína vuelan cargadas de ese polen a otras flores con cafeína, lo que favorece mucho la polinización de esta especie de plantas».


El equipo de investigadores de la doctora Wright halló en su estudio que el néctar de las plantas cítricas y del café contenían pequeñas dosis de cafeína. Así en las plantas del café «robusta», que se utiliza para producir café liofilizado, y «arábiga», que se emplea para los espressos. El néctar de los limones, pomelos y naranjas también contiene cafeína.


Por su parte, Phil Stevenson, coautor de la investigación y profesor en los Reales Jardines Botánicos de Kew y el Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich, explicó que «la cafeína es una sustancia química de defensa de plantas, tiene un sabor amargo para muchos insectos, incluidas las abejas, por lo que fue una sorpresa encontrarla en el néctar. Sin embargo, la dosis presente en estas plantas es demasiado baja como para afectar al gusto de las abejas, pero lo suficientemente alta como para alterar su comportamiento».

El efecto de la cafeína en la memoria a largo plazo de las abejas es importante: incrementa por tres la capacidad de las abejas para recordar una esencia floral 24 horas después de la toma de polen y por dos la capacidad de hacerlo tres días después.

Normalmente, el néctar en la flor de una planta de café contiene cafeína, casi tanto como una taza de café instantáneo. Al igual que el café negro tiene un sabor amargo fuerte para nosotros, las altas concentraciones de cafeína son repelentes para las abejas. En opinión de la doctora Wright, «este estudio nos ayuda a entender cómo la cafeína afecta a nuestro cerebro. Lo que vemos es que este hallazgo podría explicar por qué muchas personas prefieren beber café cuando estudian».

La doctora Julie Mustard, colaboradora en la investigación por la Arizona State University, sostiene que «a pesar de que los cerebros humanos y el de las abejas, obviamente, tienen muchas diferencias, cuando nos fijamos en sus células, proteínas y genes, descubrimos que ambos funcionan de manera muy similar. Por lo tanto, podemos utilizar abejas para investigar cómo la cafeína afecta a nuestro propio cerebro y a nuestro comportamiento».