“DeNovo Scientific Journal”, una revista de Estados Unidos de la que no se tenían noticias, ha publicado la investigación liderada por Melba S. Ketchum, que afirma que el Bigfoot es el descendiente de un cruce entre machos de esta supuesta especie de homínido y hembras de homo sapiens hace 15.000 años.
En noviembre del año pasado, Ketchum, exveterinaria de Texas, anunció que las pruebas confirmaban la existencia del legendario Bigfoot real, fruto de un cruce con humanos hace 15.000 años. Ketchum afirmaba que el “norteamericano Sasquatch es un híbrido resultado del apareamiento entre machos de una especie de homínidos desconocidos y homo sapiens femeninas”.
La comunidad científica respondió con el escepticismo que rodea a este asunto, máxime cuando su investigación no había aparecido en ninguna revista científica. Todd Disotell, de la Universidad de Nueva York, desestimó la teoría de Ketchum, porque hay muchos más de 15.000 años de diversidad genética entre los humanos.
Pero el estudio ha sido finalmente publicado por el equipo que dirige Ketchum. El artículo "Novel North American Hominins: Next Generation Sequencing of Three Whole Genomes and Associated Studies" ha visto la luz en “DeNovo Scientific Journal”, una revista creada ex profeso para dar a conocer la investigación y que cobra 30 dólares por el ejemplar. Sin embargo, y lejos de resolver el enigma, la investigación plantea más preguntas que respuestas.
El trabajo, en efecto, recoge 1.100 muestras de presuntos Bigfoot: cabello y otros restos. En la recolección participaron decenas de personas en 34 lugares de América del Norte. Las muestras del pelo se compararon con otros animales comunes y no coincidieron. Las conclusiones de Ketchum fueron que estábamos ante dos ADN, uno inequívocamente humano y el otro de homínido.
Benjamin Radford, editor adjunto de la revista científica “Skeptical Inquirer”, señala como posible interpretación que las muestras estén contaminadas por la poca pericia forense de los recolectores de pruebas. Aunque el estudio explica que se tomaron todas las precauciones para minimizar la contaminación en el laboratorio, se obviaron algunas posibilidades de que las muestras se degradaran en origen.
El estudio de Ketchum había sido rechazado por otras revistas científicas. Ahora cierto misterio rodea a “DeNovo Scientific Journal”, una publicación desconocida y sin prestigio en círculos científicos.
Origen humano
Pendiente queda además la investigación que un grupo de científicos de la Universidad de Oxford, junto a expertos del Museo de Zoología de Lausana, en Suiza, resolvieron realizar el año pasado sobre supuestos restos orgánicos de este enigmático ser.
Son muchos los nombres que se han dado a esta supuesta criatura: Yeti, Bigfoot, Sasquatch, migoi... pero todos se refieren al mismo tipo de criatura, avistada en distintas zonas del mundo como el Himalaya, Norteamérica o las zonas montañosas de América del Sur. Abundan también los testimonios de lugareños que afirman haberse topado con un humanoide, cubierto de pelo, que se da a la fuga en cuanto se le divisa.
La leyenda actual comienza en 1951, a la vuelta de una expedición al Everest que había conseguido fotografiar huellas de un pie enorme sobre la nieve. A partir de ese momento las noticias sobre el Yeti se multiplicaron en la zona. Pero también crecieron las informaciones sobre seres similares avistados en otros lugares del planeta. Pero los análisis más rigurosos llevados a cabo hasta el momento apuntan a un origen totalmente humano de los restos analizados.
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